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martes, 13 de julio de 2010

En juego la postura policiaca de acuerdo a testimonios en vistas públicas

Luego de dos días de vistas públicas, el Colegio de Abogados (CAPR), culminó la recopilación de evidencia acerca de los incidentes de violencia ocurridos el pasado 30 de junio frente al Capitolio.
La Comisión Especial de Fiscalización del Estado Actual de los Derechos Constitucionales determinó que los periodos de audiencia serían de 9:00 am a 5:00 pm en el Salón de Actos del CAPR. Cada deponente tendría un límite de 10 minutos para testificar.
El colegiado Enrique Juliá Ramos inició su testimonio explicando que, al llegar al Capitolio, notó que los participantes “no tenían disponible la plazoleta, que es usualmente el área designada para que el pueblo haga sus manifestaciones.” Añadió que en ningún momento vio lanzamiento de objetos de parte de ellos. No obstante, describió como un guardia sin identificación golpeó con varios macanazos a un señor que parecía tener más de 50 años.
“Puedo identificar su rostro donde sea que lo vea. Su cara jamás se me va a olvidar.”, declaró respecto al policía.
Raiza López Colón, estudiante de 21 años de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, fue una de los jóvenes que resultó herida de lo que originalmente se había planeado como una “manifestación pacífica.” Narró que respiró gases lacrimógenos, que la empujaron y que la golpearon con una macana en la cabeza y en las costillas. “De milagro no se me rompieron (las costillas).”
El penúltimo declarante fue el Licenciado Rafael Emmanuelli-Jiménez, quien se identificó como miembro del CAPR y como padre y tío de estudiantes huelguistas. Emmanuelli-Jiménez estaba guiando cerca del Capitolio con su esposa y su hija de 16 años en el auto, cuando vio una “fila de policías sin placas” pasarle por el lado. Segundos después, inicia un intercambio de palabras que culmina cuando un oficial de la Fuerza de Choque le rompió el cristal trasero a su vehículo. (http://www.youtube.com/watch?v=FKzauEqT5Vo)
“Mi hija pudo haber perdido la vida con un macanazo de esa fuerza en la cabeza.”, sostuvo con voz afligida. “A mí nunca me habían apuntado con una arma de fuego.”
La sesión finalizó con Luis Raúl Alvarado, un abogado que aseguró haber intentado conversar y ser mediador mientras se daban los eventos, contrario a las expresiones públicas del Superintendente de la Policía de Puerto Rico, José Figueroa Sancha.

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