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martes, 13 de julio de 2010

Amargos recuerdos inundan el Colegio de Abogados

Rostros compungidos y voces entrecortadas prevalecieron entre los testigos que asistieron en la tarde del 8 de julio al Colegio de Abogado para relatar su experiencia en la última trifulca entre manifestantes y la policía en el Capitolio.

Más de una veintena de personas contaron de principio a fin el desarrollo de la sangrienta tarde que vivieron. Explicaron cómo algunos terminaron con sus cabezas abiertas y contusiones por su cuerpo.

“Llegué e inmediatamente supe que me había parado en el lugar incorrecto porque un proyectil de gas lacrimógeno me cayó en la cabeza”, contó Jorge Silva integrante de la banda Cultura Profética.

Según Silva fue entonces cuando comenzó el tercer conflicto del día, mas no lograba recordar mucho de lo acontecido porque al ver su cara y manos repletas de sangre, poco a poco fue perdiendo el conocimiento.

Esa tarde los centros de tratamiento más cercanos al área del Capitolio se abarrotaron de jóvenes con heridas similares y en ninguna de la salas de emergencia hubo rastro de algún uniformado. Al menos eso aseguraban los testigos cada vez que la junta de abogados que moderaba la vista les
cuestionaba si habían visto algún oficial de la policía en las salas de emergencias.

Los abogados le preguntaron a la mayoría de los declarantes si podrían identificar a los oficiales de la policía que les agredieron o si alguno de estos les habían ofrecido ayuda, a lo cual muchos respondían que en ese momento solo buscaban salir lo menos lastimados de allí y que se ayudaban manifestantes entre sí.

“Cuando iba ya saliendo me enfrenté a un grupo de policías que estaban bloquiando la calle y le empecé a gritar a los que venían detrás que virarán y me cerraron el paso; me dieron en el hombro, en el costado, en las manos y en la cabeza y ya no pude más” contaba Gustavo Vega, estudiante de la UPR. “Cómo los voy a identificar si eran como tres o cuatro dándome a la vez”, explicó Vega.

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